Santi, que prepara la estrategia fenomenal, me dijo que fuera al primer palo porque ellos sufrían ahí. Me situé bien en el primer palo, Jesús la puso perfecta y solo tuve que tocarla para meterla dentro.
Significaba la tranquilidad porque fue en los últimos minutos. El uno a cero estaba bastante bien pero con ese gol le dimos, tanto a la afición como al equipo dentro del campo, la tranquilidad que necesitábamos para saber que teníamos los tres puntos en casa.
El fútbol no estaba siendo justo con nosotros en las últimas jornadas, nos había castigado más de lo que nos merecíamos, perdiendo dos partidos seguidos en el último minuto.
Ayer volvimos a ganar y, gracias a dios, el equipo se vuelve a poner líder. Que no es poco.